“La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento” Charles Darwin
Se denomina contaminación ambiental a la presencia en el ambiente de cualquier agente o bien de una combinación de agentes físicos, químicos o biológicos en lugares, formas y concentraciones tales que puedan ser, o son, nocivos para la salud humana, y que pueden ser perjudiciales para el desarrollo de la vida vegetal, animal, macro y microscópica y su evolución.
Contaminantes químicos: gases, compuestos orgánicos volátiles, metales pesados, ácidos y álcalis, insecticidas, petroleo y sus derivados como los plásticos y sus plastificantes, químicos sintéticos y otros en menor cuantía.
Contaminantes físicos: radiaciones en sus diferentes presentaciones, ruido, calor
En la exposición continuada a contaminantes ambientales u ocupacionales, existen datos científicos, técnicos y epidemiológicos abundantes de su relación con múltiples enfermedades agudas y crónicas en la población expuesta. En la exposición humana a factores ambientales y sus consecuencias se trabaja intensamente a nivel internacional y nacional en pro de la salud ambiental del habitat humano y del planeta. Estos esfuerzos, al reducir las patologías relacionadas, disminuyen sus cargas sanitarias y sociales.
Algunas exposiciones causan síntomas inmediatos o subagudos, como reacciones alérgicas y reacciones químicas agudas, mientras que otras provocan efectos más tardíos como cáncer, neumoconiosis etc. Hay datos experimentales y epidemiológicos de efectos sobre nuestros genes y alteraciones en la reproducción de los seres vivos con el deterioro progresivo de las especies.
La contaminación del aire es el quinto factor de riesgo para la humanidad, siguiendo a la desnutrición, riesgos dietéticos, hipertensión arterial y humo del tabaco. Los problemas ambientales y ocupacionales tienen un lugar importante en la administración de las Comunidades y de los Estados, empezando por el diseño de las grandes ciudades que deben ser cada vez más saludables así como la construcción de los grandes edificios, donde parte de la población permanecen durante periodos largos de su vida.
Todos estos problemas ambientales tienen un gran impacto en la práctica de la medicina de emergencia, pediatría y diversas especialidades médicas puesto que los síntomas de un paciente en particular, pueden estar relacionados entre sí o con enfermedades crónicas de la comunidad.
Las exposiciones documentadas o informadas de un sujeto pueden ser importantes para prevenir futuras enfermedades o lesiones. También pueden causar o agravar una variedad de enfermedades comunes como el asma, el síndrome del túnel carpiano, la dermatitis, la hepatitis B y el cáncer. En muchos casos, las enfermedades relacionadas con el trabajo o el medio ambiente no tienen presentaciones clínicas únicas o específicas. El primer paso en una historia ocupacional/ambiental, es una encuesta de todos los sujetos, incluidas preguntas relevantes y atención a la queja principal (o diagnóstico) en busca de pistas que sugieran una relación con las actividades en el trabajo o en el hogar. Documentar y cuantificar las exposiciones puede implicar la realización de pruebas de monitorización química o biológica de la persona afectada, así como la evaluación del lugar de trabajo o ambiental. Es importante considerar si otros sujetos han estado expuestos para ser evaluados y tratados una vez que se haya realizado el diagnóstico de una enfermedad relacionada con el trabajo o el entorno.
Los estudios epidemiológicos a gran escala han sido los responsables de poner de manifiesto muchos factores alimentarios y ambientales tóxicos directos, que a priori no presentaban problemas y se utilizaron libremente basados en los beneficios iniciales.
Colaboración y Corrección
Dr. F. García, Experto en Ciencias Farmacéuticas.
Ex-Profesor de Fisiología. Facultad de Medicina de Alcalá de Henares Madrid.
Prodromos
La vida humana, animal y microscópica en el planeta está llena de situaciones cambiantes y sorprendentes. La síntesis del ADN y a menor costo, las energías “limpias” se han convertido en un boom: la solar, la eólica, los biocombustibles, la iluminación LED, los edificios eficientes, la electrificación de los motores de los automóviles, el tratamiento de los residuos de las ciudades, la conquista del espacio y otros avances del “progreso” social.
A este boom le siguió una recesión económica como la “crisis de las hipotecas” en septiembre de 2008, acompañada de quiebras importantes de los sistemas financieros mundiales, globalización, grandes migraciones, muchas guerras localizadas, hambrunas, etc.
Hemos visto que muchas tecnologías físicas, químicas o biológicas se han acelerado mientras que las sociales como la educación, los gobiernos y los sistemas de regulación que deberían haber acompañado en su desarrollo a esas “aceleraciones” para obtener socialmente lo mejor de ellas y amortiguar lo peor, cuando menos, se estancaron.
El mundo comenzó a vivir en una suerte de dislocación humana que afectó a la naturaleza como el aumento del calentamiento global, la extinción de muchas especies, la excesiva proliferación de otras, la deforestación, el desequilibrio vegetal que causan los fertilizantes, la invención y aplicación en la vida humana de nuevas entidades químicas como plásticos o sustancias nuevas de síntesis química, los residuos nucleares, los tóxicos derivados de la actuaciones industriales que se han ido incorporando a la vida biológica del planeta, la acidificación de los océanos, el daño a la capa de ozono, etc. todo ello en forma de un proceso de contaminación progresivo y afectación de las especies, incluyendo la humana. Es la primera vez en la historia humana en que tenemos que hacer frente a una amenaza que hemos creado colectivamente contra nosotros mismos, y por tanto se debe tener el conocimiento de estos múltiples procesos para evitar sobrepasar los límites de la tolerancia del planeta.
Vivir esta época o era de las “aceleraciones” es decir en el siglo XXI, genera dos preguntas. Una, intelectual: ¿Cómo se adaptan los individuos? Y otra más práctica: ¿Acaso las cosas van cambiando demasiado rápido sin siquiera tomar precauciones antes las aceleraciones inesperadas. Prima el desconcierto, que en síntesis consiste en que para muchas personas el mundo se acelera hacia no se sabe dónde, pero, sin duda, lejos del objetivo que se nos antoja mejor”
Thomas Frieddman
Objetivo
El objetivo de este Post es destacar la relación entre varios contaminantes ambientales y la Diabetes Mellitus Tipo 2 (DM2) a la luz de estudios epidemiológicos recientes. Estos contaminantes presentes en nuestras vidas, se comportan como diabetógenos, una vez absorbidos a la sangre, a la cual llegaron por distintas vías, aire respirado, a través de la piel y las mucosas, ingesta de alimentos y agua contaminada. Estos contaminantes pueden actuar como “disruptores hormonales” con acciones en el receptor hormonal a veces sinérgicas o antagónicas pero que producen verdaderas alteraciones de la homeostasis hormonal (normal funcionamiento). Tipos de Diabetes
El concepto de “disrupción hormonal” aunque ya conocido científicamente y usado de forma terapéutica en algunos procesos patológicos, es una forma de actuación de factores exógenos perjudiciales capaces de producir enfermedades en los seres vivos y es uno de los aspectos que queremos trasmitir en este post, ya que estas sustancias están omnipresentes en nuestro entorno, y alteran nuestra homeostasis a través del mecanismo de la disrupción hormonal una vez reabsorbidos, independientes de otros efectos deletéreos tipo tóxico o mutagénico.
Sustancias naturales vegetales o producidas por hongos, que una ves reabsorbidas en nuestro organismo, pueden tener acciones hormonales como los “fito y mico estrógenos” con efectos variados por actuar en diferentes receptores hormonales. Parece que al ser productos naturales y haber estado en contacto durante mucho tiempo con los seres vivos estos son capaces de beneficiarse de sus bondades, metabolizarlos o neutralizarlos. Diferentes son los nuevos contaminantes ambientales de tipo antropogénico (generados por el hombre) mucho más tóxicos, como los derivados del petróleo y sustancias químicas sintéticas en general. Sin duda ejercen efectos nocivos cuando se consumen en exceso sobre todo por la contaminación de algunos alimentos ricos en ellos y en productos manufacturados donde son abundantes. No podemos olvidarnos de que algunos fármacos también actúan en los receptores hormonales que en ocasiones se utilizan por el propio efecto o se considera un efecto secundario con marcada alteración como puede ser la espironolactona o el lúpulo de la cerveza produciendo ginecomastia en los hombres.
Muchos de estos contaminantes ambientales como hemos dicho, actualmente están omnipresentes en nuestro vidas, y es difícil evitarlos, dada su utilidad y gran expansión entrando en contacto diariamente con ellos.
Conociendo su existencia, y teniendo información al respecto se pueden seguir unas serie de normas sencillas, que incorporadas a otros hábitos de vida, ayudan a disminuir la exposición a dichos contaminantes de una forma eficaz e independientes de las medidas que se tomen a nivel global y comunitario, que casi siempre van con retraso si bien, hay muchas iniciativas y actuaciones. Hay programas importantes e intervenciones orientadas en estos aspectos; pero a nivel industrial y concretamente a nivel alimentario a veces los cambios son lentos por las repercusiones que suponen las modificaciones o sustitución de los productos ya incorporados como el caso de los tan nombrados plastificantes, entre otros. Muchos productos actualmente están en las listas de sospechosos por su toxicidad pero se siguen utilizando, y algunos han sido prohibidos para uso infantil por altas sospechas hasta la obtención de mayores evidencias
No es nuestra intención en este post referirnos a las normativas internacionales de los productos químicos sintéticos con actividad de disrupción hormonal por razones de extensión y complejidad. Pero si el intentar dar una visión de la influencia de estos productos sobre la salud de las especies y que sus resultados nos lleven a modificaciones en el estilo de vida y secundariamente a mejorar nuestra salud.
Fundamentalmente nos referimos a la relación de ciertos contaminantes ambientales con la DM2, aunque todas las estrategias que se recomiendan van orientadas a disminuir la exposición a productos tóxicos en general; esto repercutirá positivamente en otros muchos aspectos de nuestro bienestar.También hay que tener en cuenta que sobre contaminantes y salud existe una regulación nacional y a nivel de las Comunidades Internacionales que va mejorando la información sobre nuevas evidencias toxicas cuya descripción queda fuera del marco de este escrito.
Disruptores hormonales
Son un grupo de sustancias químicas, de origen sintético, o naturales como sustancias vegetales conocidas como fitohormonas y otros derivados de hongos, que imitan la acción fisiológica de las hormonas o modifican sus efectos fisiológicos.
Estas sustancias químicas interfieren en el sistema endocrino de los seres vivos de diversas maneras al actuar en los receptores hormonales, una veces sinérgicamente o por el contrario, alterando la normal homeostasis hormonal. Una de las primeras sustancias químicas identificada como disruptor endocrino fue el pesticida DDT (diclorodifeniltricloroetano)
Tras la contaminación del lago Apokpa (Florida) con DDT, la población de caimanes del Mississippi (Alligator mississippiensis) se redujo hasta un 90% y presentaron alteraciones del desarrollo como penes pequeños, malformaciones en testículos y una disminución de la fertilidad, mayor mortalidad de los embriones, y finalmente menos bebés cocodrilo.
Los disruptores endocrinos (EDCs por sus siglas en inglés) son sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal del organismo (tanto en seres humanos como en animales) que es responsable de múltiples funciones vitales como el crecimiento, el desarrollo sexual, etc. y limitar o alterar el efecto de las hormonas enviando mensajes confusos en el organismo en los sistemas de retroalimentación del complejo sistema hormonal ocasionando múltiples disfunciones. Estos efectos hormonales equivocados o por acción excesiva podrían ser causa trastornos mutagénicos a nivel de eje endocrino.
Las enfermedades crónicas aumentan progresivamente. El cáncer de mama y de próstata son los ejemplos mejor documentados en Europa, pero también hay otras enfermedades como obesidad, diabetes, infertilidad o alteraciones mentales en constante incremento que podrían estar relacionadas con diversos contaminantes ambientales.
El sistema endocrino regula muchas de las funciones del organismo. Por eso los disruptores endocrinos actúan en múltiples niveles de regulación endocrina humana y animal. Recientes estudios e informes demuestran cada vez más las interacciones de los EDCs y las alteraciones endocrinas a su vez apoyadas por la experimentación animal y celular. Relaciones entre EDCs y las siguientes patologías son cada vez más evidentes:
- Cáncer (próstata, testículo, mama).
- Trastornos del metabolismo (obesidades, diabetes),
- Trastornos reproductivos (disminución de la fertilidad, pubertad precoz en niñas).
- Enfermedades cardiovasculares.
- Alteraciones mentales y de la conducta (memoria, motilidad, atención).
- Algunos de estos efectos aún perduran en segundas y terceras generaciones, es decir se transmiten a los nacimientos de la primera e incluso segunda generación, a pesar de que los descendientes nunca hayan estado directamente expuestos a los disruptores.
Actividad disruptora. Sustancias y actividades con potencial efecto como interruptores endocrinos
- DDT (diclorodifeniltricloroetano)
- Policloruros de Blfenllo Blsfenol-A
- PBDE (Polibromodifeniléteres)
- PBB (Polibromuros de bifenilo)
- Ftalatos (BBP, DBP, DEHP)
- Estireno
- Clordano, Clordecone, Mirex, Trifenilestaíío, Toxafeno. Lindano, HCB, Linuró n, Acetoclor, Alaclor, Maneb, Thiram, Metam sódico, Zineb, Vinclozolina y Atrazina. Metoxicloro, piretroides sintéticos, Tria zina, Kepona, Dieldrín y Dicofol. Endosulfán y HCB(hexaclorobenceno),
- Tributilestaíío
- Dioxinas (PCDDs) y furanos
- Disolventes: 1,2,4-triclorobenceno, tetracloroetileno, octacloroestireno
- Alquilfenoles: p-nonilfenol o nonifenol, octilfenol
- Resorcinol.
- Componentes de las plantas como fitoestrógenos, micoestrógenos. Por ejemplo, la cerveza tiene ciertas hormonas similares a las femeninas que propician un aumento de las glándulas mamarias en hombres.
Disruptores hormonales y embarazo
Por muchas razones obvias, aunque lo desarrollaremos a lo largo del trabajo, esta establecido una serie de cuidados antes y durante el embarazo para evitar trastornos por la vía de la disrupción hormonal, y estas indicaciones están definidas en los siguientes datos complementarios.
Fumar es muy dañino para las mujeres embarazadas. Lo que se sabe menos es que es dañino debido a los disruptores endocrinos en el alquitrán de tabaco. El benzopireno, los hidrocarburos policíclicos aromáticos y el cadmio (un metal que se encuentra en el alquitrán del tabaco) son disruptores endocrinos. Por lo tanto, las mujeres embarazadas deben dejar de fumar y sus parejas.
Evite usar en recipientes de plástico en un microondas porque contienen bisfenol, que el calor libera en los alimentos, y evita cubrir los alimentos con plástico para calentarlos más rápido.
Durante el embarazo, es mejor comer frutas y verduras orgánicas. Incluso si no sabe exactamente de dónde provienen, estará expuesto a menos plaguicidas al comer productos orgánicos durante este breve período de tiempo. • No pinte la habitación de su futuro bebé durante el embarazo porque las pinturas contienen solventes que son disruptores endocrinos.
Por supuesto, no use pesticidas o insecticidas en su jardín.
Evite las comidas enlatadas y refrescos enlatados. Muchas latas tienen una capa de plástico para evitar que la comida o bebida entren en contado con el metal. Este recubrimiento de plástico contiene bisfenol A.
Las mujeres que planean quedar embarazadas deben tomar ácido fólico o vitamina B9. ¿Por qué el ácido fólico es tan importante? Bloquea la metilación genética, un mecanismo de alteración endocrina. Es un mecanismo epigenético
Las mujeres también deben tomar yodo. Cuanto mayor es la deficiencia de yodo de una persona y el hipotiroidismo subclínico, mayor es la susceptibilidad a los disruptores endocrinos.
Además del embarazo, la atención debe centrarse en los niños pequeños durante su desarrollo y en los pacientes con cáncer que reciben quimioterapia. Ciertos disruptores endocrinos, como el bisfenol, pueden interferir con estos medicamentos. Esto no es ampliamente conocido, pero es importante.
Podemos suponer en gran medida que se debe tener más precaución durante el tratamiento del cáncer y en aquellos con alto riesgo de desarrollar ciertos cánceres dependientes de hormonas.
Fuera del embarazo, deberían seguirse estas recomendaciones tanto como sea posible.
Efecto cóctel de diferentes disruptores hormonales
Es el hecho real y capital frente a los contaminantes, porque los contaminantes no actúan en solitario. Los disrruptores endocrinos son más peligrosos cuando actúan al mismo tiempo bien por un simple efecto de sumación o de sinergia. Todos los días los consumidores ingieren centenares de productos a través del agua, aire que se respira y lo que se ingiere con la alimentación y probable absorción a través de la piel.
Puede ser muy desalentador hacer un conteo de los diferentes ingredientes a los cuales un “urbanita” de una ciudad media está expuesto diariamente, basta con leer el etiquetado de los productos de higiene y acicalamiento mañanero, continuando con el etiquetado del desayuno , todo año aderezado con los contaminantes ambientales de la mañana , trafico, industria, y productos plásticos en contacto con alimentos que ingerimos como desarrollaremos más adelante.
Alrededor de 40 plaguicidas en uso en Europa muestran propiedades de EDCs. De ellos unos 30 pueden ser detectados en los alimentos como residuos. Los EDCs más abundantes se encuentran en los plásticos como sustancias añadidas al polímero para mejorar sus características físicas e incluso químicas. Se suele indicar que los 12 EDCs de mayor potencia son Bifenol A, dioxinas, atrazina ftalatod, percloratod ignifugos o retardantes del fuego, sustancias perfluoradas como los freones u otros, pesticidas y ciertos esteres del glicol. Obviamente este listado no es exclusivo.
Ftalatos: Grupo de sustancias químicas que se añaden a los plásticos, especialmente PVC, para aumentar su flexibilidad, transparencia y longevidad.
Bisfenol A: Utilizado como material de partida para la producción del policarbonato y de las “resinas epoxi”. También es detectado en otros materiales como poliamida, silicona y látex.
EDCs: Se pueden aislar de la sangre u orina, así como en la leche materna o incluso en la sangre del cordón umbilical de los recién nacidos.
Efectos patológicos y epidemiología
Muchos datos epidemiológicos recientes relacionan la contaminación ambiental y ocupacional con alteraciones metabólicas y más concretamente con la DM2, por interferencia en la secreción de insulina y la homeostasis de la glucosa. Muchas sustancias químicas exógenas actúan como disruptores hormonales, que interfieren con el normal funcionamiento de la acción hormonal.
Existen publicaciones muy recientes que aunque la contaminación ambiental afecta a la población en general, en EEUU se observan diferencias raciales. También en clases sociales más desfavorecidas donde el riesgo de DM2 es mayor respecto a la de poblaciones menos expuestas (poblaciones afroamericanas, latinas, con bajos ingresos) donde la exposición a contaminantes relacionados con su modo de vida y condiciones socioeconómicas, conlleva a una mayor exposición a tóxicos ambientales.
La DM2 es una enfermedad metabólica compleja y devastadora que surge de deficiencias en la producción y / o acción de la insulina con alteración de la energía global metabólica producida. (Diabetes)
En los EE. UU así como en otros países, la diabetes es la principal causa de ceguera en adultos, insuficiencia renal, y amputaciones no traumáticas; además es un desencadenante de la enfermedad cardiovascular la principal causa de muerte entre las personas con DM2; provoca una severa afectación renal en un tanto por ciento no despreciable de pacientes.
La DM2 desproporcionadamente afecta a afroamericanos, latinos e individuos de bajos ingresos si se comparan con blancos no hispanos. Se estima que el riesgo de desarrollar diabetes es un 66% mayor para hispanos y un 77% más para afroamericanos. De hecho, el 17.9% de los afroamericanos y el 20.5% de los mexicoamericanos tienen diabetes en comparación con solo el 9.1% de los estadounidenses y los blancos hispanos; estas disparidades en la prevalencia de la DM2 se han amplificado en la última década. Además, las tasas de mortalidad por diabetes ajustadas por edad son significativamente más altas entre los hispanos y los negros no hispanos que entre los blancos no hispanos. Además de mayor exposición a la contaminación del aire en todo el país, exposiciones desiguales entre personas de color también están relacionadas con patrones de ocupación, alimentación y condiciones de vivienda e infraestructura de los barrios y vecindarios.
El aumento dramático en las tasas de DM2 en EEUU y Europa se correlacionan estrechamente con la producción de sustancias “químicas sintéticas”. Estas asociaciones están apoyadas por datos epidemiológicos, de experimentación animal y celular que demuestran que los contaminantes ambientales (CA) pueden interferir con la secreción de insulina y su acción periférica, así como con las otras vías que regulan la homeostasis de la glucosa.
Antecedentes bibliográficos
En el período que va desde 1966 a 2016 se relizó una revisión en “Lybrary of Medicine” de todos aquellos artículos que relacionaban la DM2 y enfermedades metabólicas con exposiciones a productos químicos diabetógenos. Se encontraron 36 estudios que relacionan la contaminación con trastornos metabólicos y concretamente con la DM2 de forma significativa. Varias de estas publicaciones fueron meta-análisis bastante homogéneos.
Diabetes Care Publish Ahead of Print, published online 2017t November 15, https://doi.org/10.2337/dc16-2765
Aunque se necesitan trabajos adicionales, existen pequeños ensayos de intervención, que ayudan a los médicos y pacientes a probar que algunas modificaciones y actuaciones terapéuticas pueden ser diseñadas para mitigar la exposición a tóxicos diabetogénicos e incluso a revertir sus efectos adversos. Sobre esta base, los médicos pueden ayudar a los pacientes que desean adoptar normas de precaución al proporcionar orientación sobre estrategias de reducción de la exposición, conjuntamente como otras normas habituales de cambios de hábitos para mejorar la salud en general como en la obesidad, hipertensión arterial, osteoporosis etc. Los profesionales necesitan estar familiarizados con estas prácticas para ayudar a sus pacientes que cada vez están más interesados por estos temas.
Las políticas para mejorar la calidad ambiental se deben convertir en componentes de la prevención integral de la diabetes de forma que los esfuerzos pueden tener beneficios significativos.
En un reciente análisis, Estudio PIVUS realizado en Upsala, (Trasande L, et al. J Epidemiol Community Health 2017; 71:111-114) se evidenció que reducciones del 25% en compuestos de varias sustancias químicas ambientales (PCBs, bifenilos, OC pesticidas, ftalatos, y perfluoroalquilo), consiguen reducir y disminuir la prevalencia de DM2 en Europa en un 13%. Esto proporcionaría un ahorro de 4.51 billones / año de euros. Esto es, la identificación de exposiciones específicas del paciente y las estrategias de reducción, pueden reducir la carga económica de la diabetes en la sociedad en general y beneficiar significativamente las expectativas de los enfermos.
Contaminantes relacionados con la Diabetes Mellitus 2
Bifenilos policlorados (PCB)
Constituyen una familia amplia de productos sintéticos introducidos desde 1930, los cuales se forman mediante la cloración de diferentes posiciones del anillo bifenilo. Existen 12 PCB llamados “de tipo dioxina” que son tóxicos.
Por sus características anti-inflamables, la mayoría de los aceites dieléctricos conteniendo PCB’s se usaron fundamentalmente en áreas con alto riesgo de incendio, tales como plantas industriales, en transporte colectivo de tracción eléctrica (tranvías) y en la industria petroquímica, específicamente entransformadores eléctricos, condensadores de alta y baja tensión, electromagnetos, sistemas hidráulicos y lubricantes en equipos de minas y barcos, plaguicidas, agroquímicos etc. También plastificantes, pinturas, pigmentos y tintes.
Se encuentran hoy ampliamente difundidos en el medio ambiente, ya sea por vertido directo a partir de industrias que los utilizan o por combustión y vertido a ríos y aguas marinas de desechos contaminados y fuentes naturales, como erupciones volcánicas, incendios etc.
Debido a su amplia difusión ambiental y persistencia se han encontrado PCBs en diferentes productos como la leche y sus derivados, tejido adiposo, humano y animal y otros órganos con contenido graso.
El Policloruro de bifenilo (PCB) está considerado según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, como uno de los doce contaminantes más nocivos fabricados por el ser humano. Su fabricación está prohibida desde 1977 en USA y desde 1983 en Alemania. Actualmente su uso está prohibido en casi todo el mundo. Tiene una gran persistencia en el ambiente.
Fuentes de exposición a los PCB
- Pescado, carne y productos lácteos contaminados, incluyendo peces de agua dulce que se alimentan desde el fondo y consumen sedimento contaminado.
- Polvos contaminados con bajos niveles de PCB que recubren las superficies de frutas y verduras.
- Agua potable contaminada por lixiviación de PCB de lugares de desechos tóxicos o antiguas bombas sumergibles que contienen PCB.
- Luces fluorescentes antiguas con transformadores o balastos que contienen PCB.
- Deterioro de materiales de construcción antiguos, incluidas pinturas y calafateo
Plaguicidas o pesticidas organofosforados (OC)
Constituyen un amplio grupo de sustancias químicas de síntesis orgánica. En general son altamente tóxicos, con antecedentes en los gases de guerra, a menudo conocidos bajo el apelativo de ‘gases nerviosos’, entre los que se encuentran el sarin, tabun y soman; se desarrollaron a partir de la Segunda Guerra Mundial.
Las propiedades de estos compuestos como insecticidas fueron el motivo de su utilización en la lucha contra las plagas de insectos. Forman parte como ingredientes activos de muchos formulados comerciales (en los que se integran distintos componentes, para obtener una mayor eficacia). Esta clase incluye pesticidas tales como dieldrin metoxicloro, y diclorodifeniltricloroetano, comúnmente conocido como DDT.
Prohibidos desde 1970 en EE.UU aunque se ha continuado su utilización en otros países menos desarrollados. Tienen gran persistencia en el medio ambiente y seres humanos.
Fuentes de exposición a pesticidas OC
- Algunos productos lácteos altos en grasa; carnes con alto contenido de grasa y pescado graso.
- Polvo y suelo como consecuencia de su amplio uso anterior a su prohibición.
- Algunos champús utilizados para erradicar los piojos a base de lindano.
- Exposiciones debido a su persistencia, por ejemplo para el control de la malaria.
Contaminantes del aire
Los contaminantes del aire son una mezcla de diversas sustancias naturales y artificiales que fluyen de fuentes externas como partículas finas, gases nocivos, tierra, nivel de ozono, humo de tabaco, moho, polen, materiales de construcción, productos para el hogar y otras sustancias.
Contaminantes gaseosos más comunes:
Dióxido de carbono: Se ha demostrado que es el causante del incremento de la temperatura de la Tierra o “efecto invernadero” La reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera permitiría que el ciclo total del carbono alcanzara el equilibrio a través de los grandes sumideros de carbono como son el océano profundo y los sedimentos.
Monóxido de carbono: Peligroso para las personas y animales, puesto que se fija potentemente a la hemoglobina de la sangre, limitando su transporte de oxigeno en el organismo. Se diluye muy fácilmente en el aire ambiental, pero en un medio cerrado, su concentración aumenta y lo hace muy tóxico, incluso mortal. Los motores de combustión interna de los automóviles emiten monóxido de carbono a la atmósfera por lo que en las áreas muy urbanizadas tiende a haber una concentración excesiva de este gas hasta llegar a concentraciones de 50-100 ppm. tasas que son peligrosas para la salud de las personas.
No sorprende que los fumadores tengan de forma reiterada un porcentaje de hemoglobina combinada con el monóxido de carbono, ( 4-8% de carboxihemoglobina)) que no sirve para transportar el oxigeno.
Óxidos de nitrógeno: son sustancias constituidas por nitrógeno y oxígeno. Como contaminantes están el dióxido de nitrógeno y el oxido nítrico. Es un gas incoloro y poco soluble en agua que se produce por la quema de combustibles fósiles, en el transporte y la industria. Se oxida muy rápidamente convirtiéndose en dióxido de nitrógeno, NO2, y posteriormente en ácido nítrico, HNO3, produciendo así lluvia ácida o efecto invernadero.
Oxidos de azufre: la lluvia ácida se forma cuando la humedad en el aire se combina con eloxido de nitrogeno o el dioxido de azufre emitido por fábricas, centrales eléctricas y automotores que queman carbon o aceite. Esta combinación química de gases con el vapor de agua forma el ácido sulfúrico y ácido nítrico sustancias que caen en el suelo en forma de precipitación o lluvia ácida. Los contaminantes que pueden formar la lluvia ácida pueden recorrer grandes distancias, y los vientos los trasladan miles de kilómetros antes de precipitarse con el rocio, la llovizna, o lluvia, el granizo, la nieve o laniebla normales del lugar, que se vuelven ácidos al combinarse con dichos gases residuales.
Ozono: (O3) es un constituyente natural de la atmósfera y es considerado un contaminante cuando se encuentra en las capas más bajas (troposfera).
Su concentración a nivel del mar, puede oscilar alrededor de 0,01 mg kg. de aire. Cuando la contaminación debida a los gases de escape de los automóviles es elevada y la radiación solar es intensa, el nivel de ozono aumenta y puede llegar hasta 0,1 mg kg.
Las plantas pueden ser afectadas en su desarrollo por concentraciones pequeñas de ozono. El hombre también resulta afectado por el ozono a concentraciones entre 0,05 y 0,1 mg kg, causándole irritación de las fosas nasales y garganta, así como sequedad de las mucosas de las vías respiratorias superiores.
Diferentes fuentes producen estos compuestos químicos, pero la principal fuente artificial es la quema de combustible fósil. La contaminación atmosférica puede tener carácter local, cuando los efectos ligados al foco se sufren en las inmediaciones del mismo, o global, cuando por las características del contaminante, se ve afectado el equilibrio del planeta y zonas alejadas a las que contienen los focos emisores.
Fuentes de exposición a la contaminación del aire
- Quema de combustibles fósiles (incluyendo plantas de energía, vehículos motorizados y equipos para el cuidado del jardín, agricultura)
- Plantas químicas, fábricas, refinerías y estaciones de servicio
- Electrodomésticos, pinturas, solventes y productos químicos domésticos
- Combustión de materia orgánica (incluyendo chimeneas, estufas de leña, parrillas de carbón y quema de hojas)
Fuentes naturales
Algunas sustancias que se encuentran en la atmósfera tienen un origen natural, por lo que no son contaminantes en un sentido estricto; los incendios forestales partículas de polvo creadas por la erosión del suelo, aerosoles de pequeño tamaño generadas por la oxidación de componentes orgánicos volátiles VOCs de origen biológico. Los volcanes arrojan dióxido de azufre y cantidades importantes de roca de lava pulverizada conocida como cenizas volcánicas. El metano se forma en los procesos de putrefacción de la materia orgánica.
Contaminación por Partículas de Materia (PM) en suspensión:
Mezcla de partículas, sólidas o líquidas que se clasifican por su diámetro en micras:
>10 (PM10), >5 (PM 5), >2.5 (PM 2,5) y partículas de Carbón.
Los aerosoles líquidos o sólidos son los componentes del material particulado inhalable de las partículas existentes en el aire de las ciudades de todo el mundo; se forman a partir de precursores de componentes orgánicos volátiles (VOC) y en presencia de Óxido Nitroso (NOx=NO + NO2). Contribuyen en la estratosfera junto con el ozono (O3) al aumento de los riesgos respiratorios. Estudios recientes detectan efectos adversos producidos por partículas más pequeñas que las que marcan los estándares establecidos para PM 2.5 y O3. Por tanto es importante detectar las fuentes de VOCs. Las partículas con diámetro de 2,5 micras o inferiories son las que llegan más fácilmente a los alveólos pulmonares porque escapan al control de las vías respiratorias (moco, anfractuosidad de la vías respiratorias que provocan colisiones de las partículas en las paredes de los bronquios y bronquiolos como consecuencia de los cambios de dirección del aire inspirado y después de chocar contra las paredes de las vías respiratorias pequeñas y son atrapadas por la secreciones de estas vías. La superficie de la estructura alveolar pulmonar humana viene a tener, según el tamaño de los individuos de 100 a 150 m2, superficie equivalen a un piso de tamaño medio. Esta superficie está diseñada anatómicamente para que el intercambio aire alveolar y sangre que perfunde los pulmones se realice fácilmente. Por esto, si los componentes particulados son muy pequeños, alcanzan los alveolos y pueden ser transferidos a la sangre.
Los VOCs procedentes del tráfico automovilístico en las ciudades han disminuido en EEUU y Europa, pero hay otras fuentes como los compuestos orgánicos oxigenados volátiles producidos en las actividades del hogar (OCOV), los productos químicos volátiles (PQV), como pesticidas, recubrimientos en general, y otros como la tinta de impresión etc.
Los productos para el hogar, como solventes orgánicos de volatilidad inmediata (milisegundos a horas o meses), revestimientos arquitectónicos, jabones, fragancias, detergentes, vía alcantarillado con menos emisiones por el tratamiento depurador de aguas residuales. Los VOC y los VCP se encuentran en abundancia cerca de las carreteras y en el aire dentro de los edificios.
Los VOCs, son hidrocarburos que se presentan en estado gaseoso a temperatura ambiente. La atmósfera oxida estos compuestos, emitidos por productos habituales en el hogar, y a través de una cascada de reacciones químicas se acaban integrando en partículas en suspensión de menos de 2,5 millonésimas de metro. Estas partículas diminutas entran hasta los alvéolos pulmonares incluso más y pueden generar enfermedades respiratorias y si pasan a sangre comportarse en sangre como disrruptores hormonales, y además de otros trastornos, contribuir a la aparición de la DM2.
Varios estudios han demostrado que los afroamericanos y los latinos en EEUU están expuestos significativamente más a las PM2.5, y las disparidades étnicas y raciales en exposición a la contaminación del aire relacionada con el tráfico probablemente por la ubicación de las viviendas, y tipo de actividad laboral.
Niveles de NO2 se correlacionan estrechamente con PM2.5, partículas ultrafinas, y carbón negro y así sirven como un “proxy” para la contaminación del aire relacionada con el tráfico.
El efecto deletéreo de la exposición al NO2 es un 38% mayor para personas de color que para no hispanos los blancos y un 10% más para las personas por abajo de la línea de pobreza. Entre los individuos no blancos, que viven en la pobreza, niños de edad inferior a 5 años están expuestos a un 23% más de concentraciones de NO2 que el resto de la población. Todos estos datos evidentes ponen de manifiesto las diferencias raciales en la exposición a NO2, y es mayor en grandes centros metropolitanos en comparación con áreas urbanas pequeñas a medianas, probablemente reflejando segregación racial y étnica alrededor de los corredores de tráfico en las principales ciudades de EE. UU.
Hay un aumento de las evidencias que implican a la contaminación del aire en la desregulación de la glucosa y resistencia a la insulina. Un pequeño estudio pero de alto rigor clínico, realizado con residentes de Michigan de un medio rural expuestos al aire urbano durante solo 4-5 h al día, repetido en 5 días consecutivos, aumentó la resistencia periférica de la insulina medida por (HOMA-IR). Por cada aumento de 10 m /m3 en PM2.5 el efecto fue significativo. Del mismo modo, adultos con síndrome metabólico residentes en el área metropolitana de Beijing”, se observó que las variaciones en carbono negro y PM2.5 están asociadas de forma que con que cada aumento de 10 mg / m3 en PM2.5 estaba asociado con un aumento del 11% en el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico en personas con diabetes.
Una publicación reciente (N Engl J Med, 2017; 376:2513-2522) señala que existe una asociación entre los aumentos de 10 μg por metro cúbico en PM2.5 y de 10 ppb (partes por billón) en ozono con un aumento en la mortalidad por todas las causas del 7,3% (intervalo de confianza [IC] del 95%) 7.1 a 7.5) y 1.1% (95% CI, 1.0 a 1.2), respectivamente.
Cuando el análisis fue restringido a persona-años con exposición a PM 2.5 de menos de 12 μg por metro cúbico y ozono de menos de 50 ppb, los mismos aumentos en PM2.5 y ozono se asociaron con un aumento en el riesgo de muerte del 13.6% (95% CI, 13.1 a 14.1) y 1.0% (IC 95%, 0.9 a 1.1), respectivamente. Para PM2.5, el riesgo de muerte entre hombres, negros, y las personas con elegibilidad para Medicaid fue mayor que en el grupo control.
Plásticos y Derivados. Biphenoles y Ftalatos
Los plásticos y nuestra vida: Sin plásticos no hay vida humana. La frase puede parecer estúpida pero seguramente si existe algún rincón en la tierra sin plásticos, es que no existe vida humana.
Para poder establecer estrategias de reducción de exposición a los plásticos que son auténticos polímeros artificiales y sus plastificantes, lo primero es su identificación. Para ello es necesario tener algunos conocimientos porque dada su complejidad, lo mejor es adquirirlos con expertos como dietistas, bromatólogos, toxicólogos o en cursos especializados que tenga conocimientos sobre esta materia, porque la clasificación así como la visión general es un tanto confusa, saque conclusiones. No basta con el etiquetado del plástico en contacto con alimentos, frecuentemente difícil de leer y otras veces ausente; p. ej las láminas “plásticas” de separación de “lonchas finas” de alimentos, recipientes, utensilios, muebles, prendas de vestir, cortinas etc. generalmente no tienen ninguna indicación acerca de la naturaleza del material con el cual fueron fabricados.
Con un cierto grado de entrenamiento es posible superar a la legislación vigente que permite aún la utilización de muchos productos no aconsejables aunque probablemente estén en discusión en las Comisiones de los Organismos Competentes.
Otro ejemplo son los barnices interiores de los alimentos enlatados que seguramente fueron esterilizados por el calor (autoclave). Productos envasados en capsulas construidas con laminados de plásticos y aluminio como las usadas para hacer infusiones, cafés, etc. que soportan altas temperaturas y presión, que fácilmente lixivian sustancias al producto que se prepara o alimento. No se indica en el etiquetado que tipo de barniz o resina interior utilizan (aunque en el 90% son de tipo “epoxi”que liberan bifenoles) y al mismo tiempo en muchas ocasiones se utilizan plásticos difíciles de clasificar, como los incluidos dentro del grupo #7 no aconsejables en contacto con los alimentos.
Para identificar el tipo de plástico en cuestión debemos buscar un pequeño anillo de (Möbius) grabado en el propio recipiente o en la etiqueta, habitualmente en el fondo del recipiente pero a veces difícil de identificar o está ausente.
Bisfenol A, (BPA)
Es un compuesto orgánico derivado del propano. Tiene dos radicales fenol, y estructuralmente es propane 2,2 diyl, difenol . Otra sustancia con la cual puede confundirse es el Bisfenol que está constituido por un esqueleto bifenilo unidos por un enlace directo entre ambos y en cada fenilo existe un grupo fenol. Molecularmente es totalmente distinto del bisfenol que tiene un esqueleto constituido por la unión de dos radicales fenilo, los cuales llevada cada uno un grupo fenol.
El bisfenol A es un bloque monómero funcional de muchos importantesplásticos y sus aditivos. Es una sustancia orgánica aromática, omnipresente en el entorno, muy utilizado en la fabricación de policarbonato y otros plásticos que comúnmente son utilizados en productos de consumo. Componente de recibos o tickets que proporcionan las maquinas de ventas como de parking, tiendas en general y también de las resinas tipo epoxi que recubren el interior de latas de alimentos y bebidas así como las modernas tuberías de agua. La exposición a BPA en la población es casi universal. El BPA se elimina con rapidez lo que dificulta su estudio para cuantificar el efecto toxico y acumulativo.
Existen suficientes datos que relacionan el BPA con alteraciones endocrinas; está considerado un disruptor hormonal que altera la homeostasis de la glucosa, tanto en estudios in vitro como in vivo. Evoca disregulación del peso corporal con influencia en el adipocito y hepatocito, provocando interrupciones en las células beta del páncreas con efectos diabetógenos. Hay datos que lo relaciona con enfermedad crónica renal.
Sin duda el consumo de alimentos envasados y procesados aumenta mucho más la exposición al BPA, así como las poblaciones que reciben ayudas alimentarias probablemente por las características de los alimentos de más baja calidad y su envasado. Se ha progresado en la disminución de la exposición al Bisfenol A pero aún se fabrica en el mundo cantidades desorbitadas.
A pesar del número de ensayos experimentales realizados en seres humanos los resultados no son concluyentes o significativos. Aunque se cuenta con una gran cantidad de literatura científica sobre ensayos en animales, y la complejidad de extrapolar estos resultados a los seres humanos impide conocer los efectos del bisfenol-A con más precisión. Existe una gran controversia tanto a nivel gubernamental como industrial y económico sobre esta sustancia. Se está a la espera de nuevas legislaciones al respecto que aporten nuevas evidencias. A nivel pediátrico ya se la prohíbe el uso de estas sustancias toxicas en biberones chupetes y juguetes, legislandose restrictivamente.
Efectos tóxicos
Se han asociado numerosas alteraciones causadas por bisfenol-A en los seres vivos, basadas en su mayor parte en el efecto disregulador del sistema endocrino:
Efectos sobre el sistema reproductor masculino.
Alteración de la espermatogénesis que condiciona un descenso en los niveles de esperma y de los espermatozoides, de la testosterona y en general de la fertilidad masculina, con cambios en la conducta sexual.
Efectos sobre el sistema reproductor femenino.
Cambios en la maduración de los ovocitos, disminuyendo su número y calidad. Efectos negativos sobre el endometrio. Aparición de ovarios poliquísticos, abortos y partos prematuros. Hay evidencias en animales de quistes ováricos, endometriosis, pubertad temprana y afectación del eje hipotálamo-hipófisis-gonadal.
Efectos sobre el cerebro y el comportamiento.
El bisfenol-A afecta a la diferenciación de las neuronas y alteración de los sistemas neuronales mediados por glutamina y dopamina; cambios en la expresión de receptores estrogénicos. Posibles cambios en la conducta materna (menor atención hacia las crías), ansiedad, reducción de la conducta exploratoria y una feminización de los machos. En humanos se han podido establecer cambios que incluyen hiperactividad, aumento de la agresividad, aumento a la susceptibilidad de sustancias adictógenas y problemas tanto en el aprendizaje como en la memoria.
Efectos sobre el metabolismo y el sistema cardiovascular.
Se han establecido asociaciones consecuentes a una mayor concentración de bisfenol A con casos de diversas enfermedades cardíacas e hipertensión. Además, la exposición al bisfenol A conlleva un aumento de los lípidos en sangre, un aumento del peso corporal y un incremento de la lipogénesis. También puede incidir en la aparición de la diabetes mellitus de tipo II al aumentar la resistencia a la insulina y el número de células adiposas.
Efectos sobre el tiroides.
El bisfenol A es capaz de afectar a la función tiroidea, al comportarse como antagonista de la hormona tiroidea. En anfibios, este efecto se traduce en una inhibición de su metamorfosis.
Efectos sobre el sistema inmunitario.
Se ha demostrado en animales de experimentación una inducción de linfocitos T y un aumento de la producción de citoquinas, favoreciéndose así los procesos alérgicos.
Efectos sobre el intestino.
Posible inflamación y alteración de la permeabilidad intestinal en animales
Efectos carcinogénicos.
Cuando el bisfenol A se metaboliza por hidroxilación y posterior oxidación, forma una ortoquinona que puede establecerenlaces covalentes con el ADN y desarrollar efectos mutagénicos y teratogénicos. Los efectos mutagénicos podrían ser los iniciadores de varios procesos carcinogénicos asociados.
- Cáncer de próstata: La actividad estrogénica de la sustancia puede derivar en un aumento del tamaño prostático y en una disminución del tamaño del epidídimo
- Cáncer de mama: se ha detectado una mayor susceptibilidad mutagénica y carcinogénica a nivel de las células mamarias en las mujeres debido a la estimulación estrogénica del desarrollo y división de las glándulas mamarias.
El BPA es un disruptor endocrino, cuya fuente de exposición más importante es a través de la dieta, principalmente a través de los alimentos envasados incluyendo el agua de bebida. La autorización y utilización de BPA en la industria alimentaria se encuentra regulada a través del Reglamento 10/2011 del 14 de enero de 2011, en la que se establece que el límite de migración del envase al alimento es de un máximo de 0,6 mg/kg de alimento/día. La ingesta diaria tolerable es de 4 mg/kg / día. Este dato equivale a una ingesta diaria en un sujeto normal (60 Kg) de 240 mcg/día. Esta dosis tan baja expresa una presumible capacidad tóxica del consumo crónico del bifenol-A. Ahora bien, la pregunta que surge en el consumidor es: ¿cuantos envases de conservas y otros alimentos envasados, incluyendo la botellas de agua u otras bebidas envasadas en PET y otros plásticos, debo consumir al día para no sobrepasar la ingesta diaria máxima recomendada de bisfenol A?
Según el informe de la EFSA realizado en el 2015, la dosis de exposición diaria de la población, no presenta riesgo para la población; sin embargo, pueden observarse consecuencias más acusadas en población sensible y expuesta durante gestación y lactancia.
Ftalatos
Los ftalatos son uno de los grupos de sustancias sintéticas con más alto volumen de uso en la sociedad actual (solo en la UE su uso está en torno al millón de toneladas anuales).
Los ftalatos o ésteres de ácido ftálico son un grupo amplio de compuestos químicos principalmente empleados como plastificantes o sustancias añadidas a los plástivos (polímeros) para incrementar su flexibilidad. Uno de sus usos más comunes es la conversión del cloruro de polivinilo (PVC) de un plástico duro a otro flexible así como en la fabricación de polipropileno (PP). Dentro del grupo de estos productos químicos casi el centenar, hay algunos considerados como más tóxicos para los seres vivos y como disruptores hormonales.
Los ftalatos son un grupo de sustancias químicas sintéticas omnipresentes en nuestras vidas. Se utilizan como plastificante en envases de alimentos, juguetes, materiales de construcción, disolventes, productos farmacéuticos, cosméticos, productos sanitarios, productos de cuidado e higiene personal, fragancias y perfumes. Destacable es el cloruro de polivinilo (PVC) que se encuentra por doquier y sobre todo en nuestra cocina, ropa, muebles y en los automóviles.
Los monómeros que forman los polímeros están unidos fuertemente mediante enlaces covalentes. Los plastificantes no se unen covalentemente dentro de los polímeros o plásticos y, por lo tanto, pueden volatilizarse o lixiviar facilitando así su absorción independiente del polímero a través del contacto dérmico, ingestión e inhalación. Las fuentes de esta exposición a estos productos son difíciles de detectar dado el uso comercial generalizado de ftalatos y en la gran variedad de productos en los que intervienen.
El consumo reducido de frutas frescas y vegetales y un mayor consumo de alimentos ricos en grasas en poblaciones de bajos ingresos, puede ser la causa de las diferencias de grados de exposición en grupos poblacionales porque ciertos alimentos altos en grasa son una importante fuente de ftalatos; el consumo de vegetales facilita su eliminación.
Desgaste de materiales de construcción con exposición al exterior de revestimientos en edificios antiguos pueden aumentar la exposición a ftalatos que pueden llegar a ser inhalados. Además, comprar productos “baratos” y de países con normativas singulares, probablemente contribuye de forma desproporcionada a exposiciones a ftalatos entre otros. En un estudio realizado con productos en tiendas de (todo a un dólar), reveló que el 32% de los que contenían PVC excedían los límites de ftalatos establecidos. La exposición a juguetes infantiles, así como juguetes sexuales proveniente de países sin legislación al respecto, producen una exposición excesiva ya que estos objetos tienen concentraciones elevadas de plastificantes tóxicos, buscando una gran flexibilidad.
Los productos de cuidado personal, cosméticos en general, fragancias, perfumes, también contribuyen de forma destacada en la exposición a los ftalatos, especialmente en mujeres, quienes típicamente tienen las concentraciones más altas en sangre, hecho que se ha relacionado con estos productos. Ciertos productos de higiene femenina fueron encontrados al menos parcialmente responsable de un mayor nivel de monoetil ftalato (MEP) en sangre.
Varios estudios epidemiológicos vincula la mayor exposición a ftalatos con DM2. En datos de NHS II, los metabolitos de ftalatos totales urinarios se asociaron con diabetes. En este análisis, los metabolitos como butil ftalatos y diethylhexyl phthalate (DEHP) se asociaron con diabetes (OR 3.16 [IC 95%] 1.68-5.95] y 1.91 [IC 95% 1.04-3.49], respectivamente).Estos datos indican 3.16 y 1.68 veces más frecuente que el grupo control. También se han realizado estudios en mujeres embarazadas y se ha detectado una gran cantidad de ftalatos en sangre materna y cordón umbilical.
Hay suficientes datos para asegurar que los ftalatos pertenecen al grupo de sustancias químicas “modificadores del género sexual”, que hace que los machos de muchas especies se vuelvan más femeninos, y tengan deterioro de la calidad del semen (incluidos daños en el ADN de los espermatozoides), alteración de los niveles de hormonas sexuales, infertilidad, efectos tiroideos, bajo peso al nacer, partos prematuros, alergias, obesidad, crecimiento de células cancerosas y otros.
La epidemia de los ftalatos puede justificar la diferencia en el contaje de espermatozoides en el semen de sujetos adultos sanos que en los años 60 tenía un rango de 150-300 millones de espermatozoides por cm3 a los valores que hoy se consideran como habituales 50- 150 millones por cm3.
Asimismo, estas sustancias están relacionados con enfermedades crónicas como alergias, asma y autismo, y pueden causar inflamación en niños que se encuentran en una situación de riesgo También se ha comprobado que los niños pequeños absorben los ftalatos al gatear sobre un suelo de plástico blando y tapetes de plástico para jugar que se encuentran en los parques infantiles.
Se está de acuerdo que los alimentos es la principal fuente de exposición a los ftalatos y más concretamente las grasas por su alta lipofilia de los diferentes ftalatos (DEHP, DBP, DIBP, BBP). La emigración desde las tapas de los recipientes de vidrio no etiquetadas, fue una fuente importante, pero en la actualidad este hecho está más controlado. Guantes plásticos en la hostelería, cintas transportadoras de alimentos, el pan contaminado durante su elaboración, techos plásticos, láminas de aluminio revestidas, cubiertas de polietileno y tereftalato, vasos plásticos, envases de cartón con varias capas internas de plástico interior, bolsas revestidas con capas plásticas.
Diferentes normativas prohíben o restringen el uso de algunos ftalatos en productos que pudieran ocasionar exposiciones muy relevantes y directas a sectores de población concretos como, por ejemplo, los niños pequeños o en el ámbito de la cosmética, evidenciando con ello cierto grado de reconocimiento oficial del problema de salud pública que pueden entrañar algunas de estas sustancias. Sin embargo, tales medidas oficiales están hasta ahora muy lejos de ser suficientes.
Cuando en la primavera de 2011 Dinamarca remitió una propuesta a la UE para restringir 4 ftalatos (DEHP, DBP, BBP y DIBP) en artículos destinados a uso en interiores y artículos que pueden entrar en contacto directo con la piel, el Comité de Evaluación de Riesgos (Risk Assessment Committee- RAC) de la Unión Europea juzgó en un documento del año siguiente que el riesgo existente no era tan alto como había considerado el país del norte de Europa, ya que el consumo de ésas 4 sustancias había descendido en el continente. La razón de tal idea del RAC, tal y como argumentó Dinamarca: que no se tenía en cuenta que muchos de los productos que se usan en Europa proceden de Asia donde el empleo de esos ftalatos no está decreciendo y constituyen un alto porcentaje de los plastificantes usados en el PVC.
El hecho es que la tendencia a que el uso de una serie de ftalatos decrezca no se da por igual a nivel global y así el uso de algunos de estos ftalatos continúa siendo muy alto en zonas como Asia (donde el DEHP, por ejemplo, representa más del 50% del uso total de ftalatos). Ello implica que muchos productos con ftalatos como el DEHP (sustancia clasificada como especialmente preocupante) están siendo importados por la UE. El proceso de registro de REACH debería facilitar la mejora del conocimiento acerca de la producción, exportación e importación de sustancias en la UE108. Así mismo, deberían habilitarse otros sistemas que faciliten el seguimiento y estudio de esta cuestión. Es clave mejorar el control de los ftalatos que ingresan en Europa desde países como China (por ejemplo, en las ingentes cantidades de productos de PVC que son importadas). Incluso para productos como suelos las importaciones pueden representar un 20-30% a nivel de la UE (para otros productos puede darse la circunstancia de que casi todo sea importados).
Ftalatos considerados más tóxicos:
- bis(2-etilhexil)ftalato DHEP.
- Butil benzil ftalato (BBP).
- Butil ftalilbutilglicolato.
- Butil ftalilbutilglicolato.
- Dibutil ftalato (DBP).
- Dietil ftalato.
- Diisobutil ftalato (DIBP).
Discusión: salud ambiental y Diabetes 2
En pacientes sin las características clínicas clásicas de la diabetes tipo 2 y sin una explicación genética coherente, se puede llegar a identificar exposiciones químicas que promueven el desarrollo de la enfermedad. Del mismo modo, en pacientes con uso precoz de medicamentos para la DM2, pueden tener exposiciones de fondo que exacerban la disfunción metabólica. Si bien la disfunción hormonal puede ser generalizada y afectar a otras glándulas como el tiroides considerada la más lábil, en este post nos hemos centrado fundamentalmente en la DM2.
Ayudado por el desarrollo y la implementación de cuestionarios clínicos validados para estimar el contacto con productos químicos disruptores hormonales, los médicos informados pueden ser capaces de identificar exposiciones a productos diabetógenos y ofrecer a los pacientes intervenciones específicas para mejorar los resultados de la diabetes reduciendo las exposiciones persistentes a los contaminantes.
Colectivamente, los datos sugieren que limitar el contacto con plásticos y envases, lavado de manos y aumento de la conciencia de la existencia de tóxicos diabetogénicos puede reducir la exposición y secundariamente la incidencia de DM2. Sin embargo, estos esfuerzos deben ser apoyados por medidas reglamentarias para garantizar un etiquetado adecuado de productos de consumo así como legislaciones al respecto más modernas y la correspondiente información exhaustiva de los tóxicos de nuestro entorno.
La evidencia de que la sensibilidad periférica a la insulina cambia rápidamente con los cambios en la calidad del aire, sugiere aconsejar a los pacientes evitar hacer ejercicio cerca de calles concurridas o durante horas con aumento del tráfico para limitar el contacto con los contaminantes del aire.
Las intervenciones comunitarias para mejorar la calidad del aire por ejemplo, reducción del tránsito de vehículos, reducción de la quema de madera y hojas, uso ampliado de fuentes de energía limpia, plantación de árboles puede reducir el riesgo de diabetes así como otros beneficios indudables. Estrategias clínicas para reducir la Carga de Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP) para personas expuestas sugiere que las intervenciones pueden reducir los niveles de tóxicos diabetogénicos.
En algunos estudios la ingestión de “fat-olestra” grasa no absorbible, facilitó la eliminación de tóxicos lipofílicos, incluido la dioxina 2,3,7,8-tetraclorodibenzo tetraclorodibenzop, dioxina en dos pacientes con cloracné que es una lesión cutánea por intoxicación por estos productos. Además, se demostró que la adminsitración oral de olestra aceleró la eliminación de 37 tipos de PCB en un estudio con 11 pacientes. Con respecto al metabolismo, el impacto de estos cambios, en un caso estudiado de toxicidad por OC, mostró que 2 años de Olestra produjo una pérdida de peso y mejoras en control glucémico. Está por comprobar si estas mejoras metabólicas fueron por la eliminación de COP o fueron simplemente una consecuencia de la pérdida de peso, por lo que se requiere aún estudios adicionales. Estos hallazgos aumentan la posibilidad que otros agentes que interrumpen la circulación enterohepática de tóxicos lipófilos puedan reducir de manera similar la carga corporal de COP y mitigar sus efectos diabetógenos.
Los beneficios sobre la glucemia del ácido biliar secuestrador de grasas colesevelam podría reflejar parcialmente el aclaramiento de la alteración del metabolismo de productos químicos, pero esta hipótesis requiere también más estudios.
Existen datos que sugieren que la fruta y el consumo de vegetales atenúa la asociación PCB y diabetes, por mecanismos no bien conocidos y probablemente por adsorción del toxico a nivel intestinal entre otros.
Tratamiento con 1,000 mg por día de ácido ascórbico, durante 2 meses, redujo los niveles de varios pesticidas PCB y OC. Se necesitan trabajo adicionales de comprobación.
Estos pequeños ensayos de intervención brindan a médicos y pacientes, con evidencia intrigante, que algunos enfoques terapéuticos deberían diseñarse para mitigar la exposición a productos diabetogénicos tóxicos y potencialmente revertir sus efectos adversos.
A medida que se acumulan datos se puede abordar la exposición a tóxicos ambientales diabetógenos como parte de planes individualizados de cuidado de la diabetes para reducir el riesgo de enfermedad y para mejorar los resultados en toda la población.
La división industrial del trabajo por razas en las principales ciudades de EE UU documenta cómo las personas de color estaban restringidas a territorios más contaminados, ocupaciones peligrosas al mismo tiempo de estar sometidos a bajos ingresos, vivienda cerca de áreas industriales. Las divisiones laborales también ocurrieron en la agricultura con mayor contacto con abonos, menores precauciones por desconocimiento ante el uso de pesticidas, instalaciones industriales más antiguas, a menudo ubicadas en zonas metropolitana periféricas, y regulaciones ambientales menos estrictas, han sido causa de las disparidades en la exposición a tóxicos entre distintos grupos de población.
En una intervención realizada con productos de cuidado personal, como perfumes, fragancias, cosméticos, productos de limpieza y poniendo atención a los contenidos y continentes, se han detectado niveles aunque reducidos de diversos productos químicos, incluyendo MEP.
Una prueba centrada en consumir alimentos con empaquetamiento reducido, redujo los niveles de DEHP y BPA. Incluso el lavado de manos y la reducción del uso de vasos de plástico redujo los niveles de ftalatos en niños. Colectivamente, estos datos sugieren que limitar el contacto con plásticos en general, así como lavado de manos y el aumento de la conciencia de la existencia y abundancia ambiental de tóxicos diabetogénicos, puede reducir de forma importante la exposición con sus consiguientes beneficios, mientras se mantiene la esperanza de que lleguen nuevas legislaciones que limiten la presencia ambiental de disruptores hormonales, clásicamente siempre muy retrasadas debido a la complejidad de las Comisiones de las Comunidades Internacionales, y a sus compromisos con las industrias afectadas .Por ejemplo cuando se va a prohibir definitivamente el uso del glifosato en la agricultura, a pesar de los grandes campañas a favor de la prohibición.
Afortunadamente existe en la actualidad disponible una gran información con buena base científica y evidencias disponibles en la Red que puede informarnos al respecto.
Estrategias para la reducción de la exposición a contaminantes ambientales.
Desarrolladas con detalle en nuestro siguiente post.
Bibliografía y documentación externa.
Disruptores hormonales en Medscape.
Web de calidad del aire ambiental “ON LINE” en España por Comunidades Autónomas.
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