Por Vicente Ramos García. Violinista de la Orquesta Sinfónica de Tenerife.
Colaborador del Blog en la sección de música.
Voy a hablarle de una de las obras más conocidas de todos los tiempos. Está en las llamadas en espera, en las cajitas de música, hasta en algunas bocinas de coche y en varios millones de móviles. Está en todas partes. Todos han escuchado alguna vez la famosa “Para Elisa”.
“Para Elisa” fue compuesta el 27 de abril de 1810 y así figura en su título. Desde sus comienzos, esta obra le fue atribuida al gran compositor Lugdwig van Beethoven, cosa que ha despertado ciertas dudas. En primer lugar, porque la calidad de “Para Elisa” no es tanta como para pensar que fuera compuesta por el gran maestro, y por otro lado, porque no figura en los catálogos de obras de Beethoven, ni siquiera en el Catálogo de Lenz que es el más meticuloso. Se dice por ahí que cuando le preguntaban a Beethoven si era de su autoría, él simplemente, sonreía un poquito y no decía nada.
Los que sostienen que sí es una obra de Beethoven, cuentan que la gestación de esta obra tuvo que ver con una niña pianista que se llamaba Teresa. Dicen que, estando Beethoven en una fiesta infantil, escuchó tocar el piano a esta nena. Sorprendido por las dotes de la niña, le pidió que ejecutara una de sus sonatas. La niña, muy cándidamente, le dijo que le gustaban mucho sus sonatas, pero que eran muy difíciles de tocar. Beethoven conmovido, compuso para ella la famosa bagatela Para Elisa. Y alguien me dirá que si la niña se llamaba Teresa, lo lógico es que la obra se llamara Para Teresa y no Para Elisa, y tiene toda la razón. “Para Teresa” la llamó el compositor. Pero Beethoven tenía tan pero tan mala caligrafía que, con su letra, Teresa se leía como Elisa y así fue que esta obra para piano que en realidad se llama “Para Teresa” pasó a la historia con el nombre de “Para Elisa”.
Hay quien dice que Beethoven compuso esta obra para una Teresa, pero que no se trataba de ninguna niñita, sino de una señorita bastante interesante de la que Beethoven estaba enamorado. Pero lo cierto, es que fue para una Teresa y no para una Elisa, que compuso esta obra. La mala letra de Beethoven, privó a todas las Teresas del mundo, de las cajitas de música con esa melodía.
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